Hablar de la flora de Salobreña es hablar de un extraordinario contraste botánico. Lo primero en llamar la atención de la persona que se aproxima a su medio físico es la diversidad de hábitats que encuentra en un espacio relativamente reducido de terreno. Apenas unos pocos metros separan las escarpadas paredes de la cara sur, donde se desarrolla una vegetación típicamente rupícola, de la fértil y humanizada vega. A ambos lados del promontorio rocoso se extiende esta llanura aluvial que debe su existencia al río Guadalfeo.