
Resumimos en este artículo la vida de siete personas que han pasado por la historia de la Villa de Salobreña, y del reino de Granada. Con ello se pretende ayudar a entender mejor el pasado de esta ciudad a través de las ventanas que nos abren estos personajes históricos en distintos momentos de los últimos 2000 años.
Probablemente el momento más apurado de su carrera militar lo pasó Francisco de Madrid en agosto de 1490, cuando Boabdil tras tomar Alhendín marchó a Salobreña con idéntica intención, teniendo cercada la fortaleza durante quince días. El ataque y la defensa fueron encarnizados, por lo áspero de las fortificaciones y el alto número de los asaltantes, que impedían la entrada de refuerzos. Francisco de Madrid y sus hombres hubieron de proveerse por mar, salvándole la noticia de la inminente llegada del rey Fernando por el Valle de Lecrín. Éste, en reconocimiento, le nombró alcaide de Salobreña, con salario de 250.000 maravedís, y mandó resarcirle por las pérdidas sufridas en sus bienes ubicados en Motril y Salobreña. Francisco de Madrid consiguió importantes participaciones en los repartimientos de distintos lugares del Reino granadino, en especial en los territorios de la Ciudad de Almuñécar y, más concretamente, en Motril y Salobreña. Incluso adquirió las propiedades de los familiares de los antiguos sultanes granadinos. Para entonces se había constituido como el propietario predominante de Motril, posición en la que continuaron sus sucesores hasta principios del siglo XX (Porras,1996).
Salobreña ha sido un lugar especial para el ex director general de la Unesco, llegando a describirlo en una entrevista realizada en 2010 El Diario Vasco como su “paraíso particular”, porque ha veraneado con toda la familia, con sus padres y sus suegros.
“Visito con frecuencia Salobreña, tanto para caminar por sus playas, como para almorzar o cenar en sus restaurantes. Pero no sólo en verano, también cuando tengo algunos días libres en Semana Santa o algún fin de semana me voy a mi paraíso”.
Ha debido influir mucho el entorno privilegiado del municipio, pues, como el mismo refiere: “Debido a mis innumerables viajes, he visto muchas bahías, pero ninguna como la de Salobreña”.
1. Silvanus de Segalvina , presbítero (últimos años del siglo III y principios del Siglo IV d.C.).
Son pocos los datos que tenemos de este personaje local, más que su nombre en las actas del Concilio de Elvira o, más precisamente Iliberris. Será precisamente a partir de este documento, de excepcional importancia para el conocimiento de la sociedad hispanorromana de comienzos del siglo IV, de donde nos nutriremos para conocer más de este ilustre personaje.
En el Concilio se hallaban presentes 19 obispos y 24 presbíteros, algunos de éstos acompañando a sus obispos y otros en representación de los mismos, si bien en el mismo Concilio se constata la existencia de comunidades regidas sólo por presbíteros e incluso por diáconos. En conjunto, las comunidades cristianas vinculadas al Concilio de Granada son 37. La mayoría de las comunidades pertenecen a la Betica y a la Cartaginense, lo cual se explica en razón de la proximidad y, principalmente, por la mayor cristianización de estas áreas (Sotomayor et Fernández, 2005).
La asistencia del presbítero Silvanus al mencionado concilio conlleva la existencia de una ecclesia presbiteral en Salobreña, que debió de estar subordinada a una sede episcopal cercana, probablemente Iliberis.
Los cánones del Concilio de Elvira nos dejan ver que los clérigos superiores (obispos, presbíteros y diáconos) pertenecían a sectores acomodados, pues sí se permite hacer negocios. La preocupación por la castidad es igualmente primordial en lo que atañe a los clérigos (obispos, presbíteros y diáconos), y su infracción, se considera un escándalo y delito sacrílego que debe castigarse con la excomunión perpetua, sin posibilidad de reconciliación ni siquiera al final de sus vidas (can. 18). El canon 24 prohíbe promover a la clericatura a fieles procedentes de otras demarcaciones por ser su vida desconocida, y el 51 a quienes hubiesen sido bautizados por herejes, y si se descubre que algún clérigo lo había sido debía ser depuesto de inmediato. Esto nos permite pensar que Silvanus, si no era de Segalvina debía de pertenecer a esta demarcación territorial (Sotomayor et Fernández, 2005).

2. Yūsuf III (1376-1417) Emir de al-Andalus, decimo tercer sultán de la dinastía de los Nazaríes de Granada, precedido por Muḥammad VII y sucedido por Muḥammad VIII.
Recibió una magnífica educación y su formación intelectual, tanto científica como literaria, fue excelente, como se refleja en sus escritos, comentarios y poesías. Cuando su padre Yūsuf II fue entronizado en 793/1391, Yūsuf (III) fue designado heredero oficial por ser el primogénito y, al parecer, también por su cultura, conocimientos y cualidades. Ello provocó el descontento de su hermano (hermanastro) Muḥammad, que ambicionaba ocupar el trono y no dudó en sublevarse contra su padre, aunque sin éxito. Yūsuf II murió repentina y prematuramente el sábado 16 de dū l-qacda de 794/5 de octubre de 1392, probablemente por envenenamiento con implicación del citado hijo, que fue elevado al trono y se convirtió en Muḥammad VII. Para ello, tuvo que desplazar al primogénito y heredero oficial, su hermano Yūsuf (Castrillo, 1961).
A partir de este momento la vida de Yūsuf, que tenía dieciséis años a la sazón, cambió radicalmente: de gozar de un puesto preeminente en la corte de la Alhambra como príncipe heredero pasó al exilio y reclusión en el castillo de Salobreña, en donde su hermano Muḥammad VII lo confinó de por vida para anular toda posibilidad de reivindicación de sus legítimos derechos dinásticos y el peligro de una sublevación.
El castillo de Salobreña era utilizado por los Nazaríes como palacio de recreo, además de ser fortaleza vigía del litoral, pero también desempeñó funciones de cárcel de personajes ilustres y soberanos. Pero su destino cambió de pronto cuando, repentina e inesperadamente, su hermano Muḥammad VII, a pesar de su juventud, falleció. Según la versión de las fuentes cristianas, el emir gobernante, consciente de su agonía, quiso antes de morir asegurar el trono a su hijo, para lo que ordenó ejecutar a su hermano Yūsuf recluido en Salobreña. Cuando la orden llegó allí, Yūsuf se hallaba jugando una partida de ajedrez con un alfaquí y solicitó que le permitieran terminarla antes de morir; esta prórroga permitió la llegada providencial de mensajeros desde Granada que anunciaron la muerte de Muḥammad VII y la designación de Yūsuf como nuevo emir, que cambiaba así la tumba por el trono en un instante (Palacios, 1999).
Realidad o leyenda de la partida de ajedrez, lo que sí parece probable es que Muḥammad VII hubiese dado la orden, incluso antes de su agonía, de que su hermano fuese ejecutado cuando él muriera para asegurar así la sucesión de su descendencia. Yūsuf III fue proclamado emir el 13 de mayo de 1408. En esa fecha contaba ya casi treinta y dos años, la mitad de los cuales había pasado privado de libertad en la Alcazaba de Salobreña. Su buen carácter y prudencia son alabados no solo por las fuentes árabes, sino también por las castellanas, así como sus esfuerzos diplomáticos por mantener la paz, consciente de la complicada y peligrosa situación militar. La perdida de la ciudad de Antequera a manos del infante Fernando de Antequera supuso un gran impacto para Yūsuf III, por la merma territorial y sobre todo geoestratégica que suponía. Además, la caída de una plaza de tan gran fortaleza y relevancia en el emirato fue un duro golpe en la mentalidad y la moral de los andalusíes. Después de años de emirato falleció en 1417 (Palacios, 1999).



3. Muhammad VIII. (1409-1431) Emir de al-Andalus, decimocuarto sultán de la dinastía de los Nazaríes de Granada, precedido por Yūsuf III y sucedido por Muḥammad IX.
Conocemos por las fuentes árabes que su madre era la segunda esposa de Yūsuf III y era hija del alcaide Abū l-Surūr Mufarrií , un liberto de origen cristiano que había liberado de su prisión en Salobreña al emir y había sido nombrado ḥāíib (gran visir). Cuando su padre murió el martes 29 de ramaḍān de 820/9 de noviembre de 1417, fue proclamado Emir como Muḥammad VIII. Fue conocido como “el Pequeño” en las fuentes cristianas, por su minoría de edad, pues fue entronizado cuando solo tenía siete años, su tutela la ejerció el visir al-AmẒn.

Pasado un año de reinado de Muḥammad VIII, se forma una conspiración contra el emir y eligieron como pretendiente al trono a Muḥammad b. Naîr o el Zurdo, primo hermano de Yūsuf III , que se hallaba preso en Salobreña. Tras dirigirse a Salobreña con seiscientos jinetes y el respaldo de la que ya era poderosa familia de los Banū l-Sarrāí , de donde deriva el término Abencerrajes, liberaron al cautivo y lo proclamaron sultán allí mismo (Castrillo, 1963).
En cuanto a Muḥammad VIII, fue enviado a prisión en torno al 20 de marzo de 1419. Terminó así un breve emirato de poco más de dieciséis meses. Muḥammad VIII pudo recuperar el trono precisamente mediante una sublevación de sus partidarios que lo restauró en el poder tras destronar a Muḥammad IX al-Aysar ocho años después. De esta manera, Muḥammad IX fue destronado y huyó a Almería, donde se embarcó hacia Túnez. Precisamente fue Almería el lugar escogido para su regreso en 1429. Casi inmediatamente a su llegada, Almería reconoció como sultán a Muḥammad IX al-Aysar o el Zurdo y otras zonas también lo apoyaron, desencadenando así la división y la guerra civil. Desde Almería, al-Aysar o el Zurdo se dirigió a la capital, obligando a Muḥammad VIII el Pequeño a negociar su rendición. Aunque salvó la vida, Muḥammad VIII fue recluido en la alcazaba de Salobreña junto con su hermano, desde ese lugar consiguió hacer una petición de ayuda a la Corte castellana. La amenaza debía de ser tan grave e inminente que Muḥammad IX al-Aysar o el Zurdo, para evitar que se repitiera la historia de su destronamiento de 1427, adoptó una decisión difícil y extrema pero que conjuraba absolutamente el peligro de dicha restauración. A finales de abril de 1431 ordenó ejecutar a Muḥammad VIII y a su hermano, en la misma cárcel de Salobreña ( Vidal Castro, 2000).
4. Francisco Ramírez de Madrid. El Artillero. Madrid, c. 1445 – Sierra Bermeja (Málaga), 1501. Secretario real de los Reyes Católicos.
Tenemos constancia de la presencia en la corte de Francisco Ramírez de Madrid, pero es en los años que median entre la toma de Zamora y el inicio de la guerra contra Granada cuando afianza su posición, puesto que, para 1476, es recibido como miembro del Consejo y al año siguiente es nombrado regidor de Toledo y alcaide del Alcázar, entre otros cargos. Será la guerra de conquista del Reino de Granada la que daría a Francisco Ramírez de Madrid ocasión de demostrar sus capacidades y le permitiría amasar un gran patrimonio. La buena actuación que había llevado a cabo durante la campaña de Zamora determinaría que los Reyes le nombrasen capitán general de su artillería durante la campaña de Granada, de ahí el sobrenombre de El Artillero con el que se le conocería en adelante. Entre sus notables servicios en esta guerra destacan sus intervenciones en Cambil, Alhabar y Málaga y en la defensa de Salobreña (Porras,1996).

5. Miguel de Cervantes Saavedra. (1547-1616) Escritor, novelista, dramaturgo, poeta, militar, recaudador de impuestos.
La trayectoria personal y profesional de Cervantes es apasionante, recorriendo lugares tan dispares como Roma o Argel. Miguel de Cervantes desarrolló su labor de recaudador de impuestos durante una década, entre 1588 y 1598.
El escritor del Quijote es nombrado por la Corona recaudador de la provincia de Granada, otorgándole el encargo de recaudar las cuantiosas tasas atrasadas en la capital y en los municipios de Almuñécar, Motril y Salobreña.
A instancias de un amigo influyente en la Corte, es nombrado por la Corona Recaudador de la provincia de Granada, otorgándole el encargo de recaudar las cuantiosas tasas atrasadas (10.557.029 maravedíes) en la capital y en los municipios de Alhama de Granada, Almuñécar, Baza, Guadix, Loja, Motril y Salobreña.

Una vez aceptado, se compromete a llevar a buen puerto el proyecto encomendado, en un plazo de 50 días, debiendo depositar un aval/fianza por la totalidad de sus bienes. Tras no poder recaudar en Granada lo adeudado en la Casa de la Moneda, el siguiente conflicto lo encontró en Motril, donde los supuestos deudores a la Hacienda le exhibieron unos justificantes de pago de los tributos que resultaron ser falsos. Cervantes pasó todo el mes de octubre de 1594 por los pueblos de Granada y la capital. Después prosiguió intentando cobrar: su rastro nos lleva a situarlo en Málaga para el 17 de noviembre; de aquí partió para Ronda el 9 de diciembre y el 15 del mismo mes estaba ya en Sevilla. Allí recibió una nueva carta del rey insistiéndole en que regresara a Granada a cobrar lo que faltaba (López del Paso, 2016).
En las cartas que se conservan entre Cervantes y el Rey, dice que los tres pueblos costeros granadinos dejan a deber 374.123 maravedíes. La respuesta de Felipe II fue obligarle a que regresara a cobrar la deuda.
“D. Felipe a vos Miguel de Cervantes Saavedra, que por comision mia estais en la ciudad de Granada (…) que por la dicha mi comision se os habian mandado cobrar las rentas de la ciudad de Almuñecar y villas de Motril y Salobreña el año pasado de 1593, (…) para que vos le apremiásedes á que os los pagase”
Al final la mala Fortuna persiguió al recaudador durante su misión como cobrador en el Reino de Granada. Por este motivo, en septiembre de 1597, la Audiencia de Sevilla ordenó su reclusión en la Prisión Real, en la que permaneció hasta abril de 1598. Una vez que obtuvo libertad bajo fianza, viajó a Madrid, donde saldó sus deudas.
6. José Martín Recuerda. (17 de junio de 1926-8 de junio de 2007) Dramaturgo.
El dramaturgo granadino Licenciado en Filosofía y Letras, José Martín Recuerda fué, en la década de 1952 a 1962, profesor ayudante interino de Lengua y Literatura Española en el instituto Padre Suárez de Granada. En ese mismo año de 1952, el autor quedó adscrito a la dirección del Teatro Universitario de Granada hasta 1959. Tras escribir sus obras La llanura, Los Átridas y El payaso y los pueblos del Sur, Martín Recuerda produjo una serie de obras de tipo intimista sobre el ambiente pequeño burgués de Granada: Ella y los barcos, Las ilusiones de las hermanas viajeras o El teatrito de D. Ramón, que consiguió el premio Lope de Vega en 1958 (Cobo, 1993).

Por estas fechas Martín Recuerda ya estaba integrado en el panorama teatral español, utilizando distintas temáticas que le permitían burlar la censura franquista. Entre los años 1961 y 1966 se produjo el contacto directo del dramaturgo con la escena madrileña, etapa marcada por tres obras fundamentales como son ”Las salvajes en Puente San Gil” (1961), “El Cristo” (1964); y “Quién quiere una copla del Arcipreste de Hita”. También estrena “Como las secas cañas del camino”, donde la señorita Julia, maestra burguesa de Salobreña, no soporta el entorno en el que vive y se refugia en el amor de Juan. En 1.966 viajará a París para integrarse como profesor en la Universidad de La Sorbona. De Francia pasará a Estados Unidos, ejerciendo su magisterio en la Universidad de Washington y en el Humbert State College de California.
Regresa a España para asumir la cátedra de Teatro «Juan de la Encina» en la Universiad de Salamanca (1.971-1.987) donde estrenará «Las salvajes en Puente San Gil». Se familiarizará con el teatro clásico y estrenará varias de sus primeras obras, como «La llanura» (1.954) «Los átridas»» (1.955), «El Payaso» y «Los pueblos del sur» (Cobo, 1993).
Desde su jubilación, Martín Recuerda vivió retirado en su casa de Salobreña, continuando con su creación dramática. En Salobreña escribió La deuda, Las reinas del Paralelo, Los últimos días del escultor de su alma, La Caramba en la Iglesia de San Jerónimo el Real, hasta su muerte acontecida el 8 de junio de 2007.
7. Federico Mayor Zaragoza,(1934- actualidad) doctor y político.
Federico Mayor Zaragoza es, sin duda, una de las personalidades más importantes que han pasado por la Salobreña contemporánea. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, fue Catedrático de Bioquímica de la Universidad de Granada de la que llegó a ser Rector y catedrático de su especialidad en la Universidad Autónoma de Madrid. Entre otras responsabilidades políticas, el Profesor Mayor ha desempeñado los cargos de Subsecretario de Educación y Ciencia del Gobierno español, Diputado al Parlamento Español, Consejero del Presidente del Gobierno, Ministro de Educación y Ciencia y Diputado al Parlamento Europeo. En 1978 pasó a ocupar el cargo de Director General Adjunto de la UNESCO y, en 1987, fue elegido Director General de dicha Organización, cargo que ocupa hasta 1999.

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