
Aunque en la actualidad la fortaleza de Salobreña se encuentra a más de 500 metros de la línea de costa, no hace muchos siglos este promontorio rocoso se proyectaba en el mar a modo de península por lo que el agua se situaba en la base de su ladera occidental que es la más escarpada (Arteaga, 1990).
La ubicación de un asentamiento andalusí y de su fortaleza en el cerro en el que hoy se encuentra Salobreña, es especialmente idóneo para su defensa, reforzada por los taludes rocosos que lo han aislado por todos sus lados, excepto por el suroriental. Es aquí donde encontramos una ladera suave que permite el acceso a los espacios de cultivo, lo que en última instancia explica que fuera esta ladera la elegida para instalar el núcleo fundacional andalusí. Como es habitual en este tipo de núcleos de población, la parte más alta y con mejores defensas naturales fue reservada para implantar allí la fortaleza (Cruz et Escañuela, 2007).
Las fuentes escritas nos permiten comprobar la evolución de esta población andalusí hasta convertirse, en época nazarí (1232-1489), en una ciudad costera, sede principal de un distrito en el que habría varias alquerías dedicadas al cultivo de la caña de azúcar. Esta alcazaba irá evolucionando hasta convertirse en residencia de verano de los sultanes nazaríes y en presidio acomodado de varios emires derrocados.
Los principales personajes que fueron encarcelados allí vivieron en el siglo XV, primero Yusuf III, que pasó en aquel lugar once años cuando le usurpó el trono su hermano Muhammad VII, hasta que finalmente lo recuperó en 1408. Similar suerte corrió el futuro sultán Muhammad IX, el Zurdo, que estuvo preso en el mismo lugar antes de ser proclamado rey en Granada en el año 1419, tras derrocar a Muhammad VIII, el Pequeño. Su historia como núcleo urbano andalusí terminó con la conquista cristiana de la ciudad en el año 1489 mediante capitulación (Castrillo, 1963).

Similar suerte corrió el futuro sultán Muhammad IX, el Zurdo, que estuvo preso en el mismo lugar antes de ser proclamado rey en Granada en el año 1419, tras derrocar a Muhammad VIII, el Pequeño. Su historia como núcleo urbano andalusí terminó con la conquista cristiana de la ciudad en el año 1489 mediante capitulación (Castrillo, 1963).
A continuación, vamos a proceder a describir las distintas edificaciones que componen la fortaleza de Salobreña:
1. La torre-puerta principal
Construida tras la conquista, en su interior nos encontramos con un acceso en recodo simple, articulado en un espacio cuadrado cubierto con una bóveda baída de ladrillo. El vano exterior es una obra de ladrillo abierta en su muro meridional mediante un arco enmarcado por su correspondiente alfiz. En las bóvedas que protegen cada vano hay sendos agujeros o buhederas para mejorar su defensa en el caso de que sus respectivas puertas de madera fuesen abiertas por los atacantes. En su interior se puede observar una tronera de artillería abocinada conformada dentro del muro oriental de la torre, mientras que en el septentrional hay un nicho de planta rectangular en el que debió de haber un banco para el descanso de la guardia (Navarro et alii, 2018).
2. La barrera artillera que sigue a la puerta principal
Esta estructura va desde de la torre-puerta hasta la zona del recinto meridional. Está construida con mampuestos tomados con argamasa rica en cal de época de los Reyes Católicos. Alberga cuatro troneras abocinadas que se estrechan hacia el exterior (García-Consuegra, 2016).
3. La torre del Cubo
Forma parte de la barrera artillera y presenta una construcción muy similar. Es de planta semicircular y también está dotada de troneras artilleras. En el interior hay una sola estancia cubierta con bóveda baída de ladrillo con un orificio central de ventilación.

Recinto meridional
Nada más entrar en la fortaleza nos encontramos con el primero de los 3 recintos, que se encuentra en el extremo más meridional de la fortaleza.
Su cercanía a la puerta principal de la alcazaba nos hace pensar que su función estaría destinada a las caballerizas y a la tropa. Tanto en la época islámica como en la castellana ya que este espacio siempre estuvo diferenciado y separado de los otros.
El frente suroeste es el que ha variado más al diseño original andalusí, pues allí se dan una serie de estructuras cristianas.
4. El baluarte del Aljibe
Fue diseñado en 1767 por el ingeniero militar Joseph de Crame para vigilar y custodiar la costa. El aljibe, que hoy día existe, bajo el bastión diseñado por Crame, fue proyectado en febrero de 1490 (Romero, 1995).
Recinto superior
Tanto en época andalusí como castellana se accedía a él a través de un largo y estrecho pasillo en forma de rampa. Tras recorrer la rampa se llegaba a la torre-puerta que hay en el extremo meridional de este recinto (Navarro et alii, 2018).
5. La Torre-puerta
Se trata de un acceso en recodo dentro de una torre de planta cuadrada que en origen presentaba muros de tapial y actualmente está realizada en mampostería y ladrillo. Su puerta dispone de un arco de ladrillo enmarcado por su alfiz. En el muro derecho se aprecia la existencia de dos nichos rematados por arcos de ladrillo de medio punto que albergaron asientos para el descanso de la guardia. Frente a la puerta se localiza otro nicho que contiene una hornacina en la que se dispuso una imagen de san Onofre, una vez que la fortaleza pasó a manos cristianas.
Este recinto quedaría envuelto por una Muralla. Esta estructura defensiva, al tenerse que adaptar al terreno tendría una forma irregular (Cruz et Escañuela, 2007).
Además de la muralla y de la torre-puerta anteriormente comentados, este recinto contó con otras torres que parecen haber tenido también un origen andalusí.

6. La Torre Nueva
Es una construcción castellana que sustituyó a otra de época andalusí. Su importancia defensiva y de control fue muy importante debido a su emplazamiento junto al «portillo» que daba acceso a los dos pasillos-rampa que subían en época andalusí a los recintos superiores.
Por esa preeminencia y centralidad frente al núcleo de población podemos pensar que jugó un papel similar al de la torre-qubba, justo enfrente, mirando al mar. Ambas torres tendrían una función simbólica diseñada para exhibir el poder: la torre de levante lo haría frente a la a la población que había en la ladera del cerro, mientras que la de poniente cumplía la misma misión frente al mar, pensando en todos aquellos que llegaban a Salobreña por mar (Navarro et alii, 2018).
7. La Torre del Homenaje o Torre del polvorín
Es probablemente la única que está mencionada en la documentación escrita del siglo XVI y que a la vez podemos localizar perfectamente. Según los planos creemos que la torre tuvo una segunda planta necesaria para la misión de control que tenía (Romero, 1995).
8. La Torre-qubba o Torre vieja
Es de planta cuadrada y alcanza los 16 metros de altura. En época nazarí debió de ser un espacio indiviso con una qubba en su interior, asociada al salón principal del palacio, tal y como aparece en otras residencias nazaríes, el palacio de Comares. Creada y utilizada como elemento propagandístico de exaltación del poder del sultán frente a la ciudad y con el fin de impresionar. En Salobreña la exhibición se hace frente al mar, debido a la importancia de su puerto. La hipótesis de que esta torre fue una qubba con las funciones descritas queda reforzada por la presencia en el tercio inferior de su frente principal de una franja decorativa formada por arquillos ciegos entrecruzados de ladrillo (Navarro et alii, 2018).

9. El baño
Es el edificio del área palatina mejor conservado por su emplazamiento, situado en el tercio norte del recinto.
Al ser una instalación de uso y disfrute de la familia real nazarí tenía un acceso exclusivo y privado desde el palacio. Se organiza siguiendo los cánones distributivos típicos del baño andalusí. Su desarrollo, en este caso, se produce desde el norte hacia el sur disponiéndose las tres áreas funcionales una detrás de otra: la primera es la seca y está situada en la entrada del baño, la segunda es la húmeda y es aquí donde encontramos las tres salas habituales: fría, templada y caliente; por último, tenemos el área de servicio en la que están el horno, la caldera y la leñera. El área húmeda se organiza en tres espacios consecutivos que en su día fueron un espacio de transición entre el área seca y la húmeda (Navarro et Jiménez, 2008).
Recinto septentrional
Se sitúa en el extremo septentrional de la fortaleza. En este recinto localizamos tres elementos arquitectónicos especialmente relevantes. La puerta llamada del «Socorro del mar» y a la torre del Agua y baluarte de la Coracha. Tanto la puerta como la primera torre parecen ser estructuras que formaron parte de la alcazaba nazarí, mientras que la torre de la Coracha es una obra castellana construida, muy probablemente, sobre una torre preexistente.
10. La puerta del Socorro del mar
Tal y como su nombre indica, esta puerta debió de jugar un papel muy importante en la alcazaba nazarí en relación con la defensa y acceso al puerto de salobreña. Una comunicación directa con un lugar tan importante y estratégico le daba a la fortaleza una independencia completa.
11. La Torre del Agua
El nombre de esta torre está muy relacionado con la noria que contuvo durante siglos, destinada al suministro de agua a la fortaleza.

12. Baluarte de la Coracha
Está situado en el extremo noroeste del castillo, con una planta trapezoidal. Está rematado con aspilleras para la fusilería en sus tres fachadas exteriores. Está realizado en ladrillo y mampostería, su finalidad era la de defender a los que viniesen a socorrer la fortaleza por el mar.
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