Al traspasar Salobreña y la playa del Peñón, llega La Caleta. Sus calles empinadas son un paseo grato y afable, tranquilo e incluso descansado en su plaza del Lavadero. Tomar un aperitivo en alguno de sus pequeños bares, o contemplar el atardecer desde sus rocas marinas, son dignos de su estancia.
El anejo de La Caleta fue construido cerca de la antigua Fábrica de Azúcar, construida en 1861. Es la única fábrica en Europa que durante más de un siglo transformó la caña de azúcar para conseguir azúcar, mieles y alcoholes para producción de ron y otros. La época de mayor actividad era de abril a julio, fechas de lo que se denominaba la “zafra” o cosecha de la caña de azúcar. Cerrada en 2006, está catalogada como Bien de Interés Cultural de Andalucía.
Nacido en torno a la actividad cañera y la pesca, la Caleta es tierra de gente buena, sencilla, agradable y cariñosa. Sus fiestas se celebran en honor de la Virgen del Carmen a mediados de julio, y es muy peculiar la procesión marinera con barcos engalanados que discurren lentamente desde allí a la desembocadura del río, entre vivas a la Virgen y fuegos artificiales.