Naturaleza y frutos tropicales
Hablar de la flora de Salobreña es hablar de un extraordinario contraste botánico. Lo primero que percibe la persona que se aproxima al medio físico es la diversidad de hábitats que encuentra en un espacio tan reducido de terreno. Tan sólo unos pocos metros separan las rocosas paredes de la cara sur de la fértil vega.
La climatología tan especial con la que cuenta Salobreña ha condicionado la aparición de una vegetación y cultivos propios de climas y temperaturas subtropicales. La ausencia de invierno climatológico, con una temperatura media anual que sobrepasa los 15º, favorecen el desarrollo de estas especies vegetales (chirimoyas, aguacates, mangos, guayabas, bananas, etc.) con respecto a otras zonas geográficas.
Más de 200 especies diferentes de plantas silvestres y de jardín florecen durante los doce meses del año. Respecto a los estadios de floración de algunas variedades leñosas, se observa que éstos se prolongan en el tiempo mucho más de lo que lo harían en condiciones normales.
Así, las floraciones de especies como el romero, la buganvilla o el gandul, perduran durante todo el año. Es de especial interés la floración del almendro (a finales de enero), cuya belleza es de un atractivo singular.








