Salobreña… entre muros, con historia.
Si por algo se caracteriza Salobreña es por ser un pueblo lleno de historia. Por ello les proponemos un recorrido por restaurantes, casas, tabernas y alojamientos que guardan en sus muros y pequeño trozo de la historia de nuestra villa.
CASA ROJA
Fue construida en 1905 por los propietarios de la Azucarera San Francisco y su nombre se debe al color que la tiñe. Una torre poligonal con chapitel centran la fachada en la que destacan las marquesinas estilo ‘art nouveau’. Su interior conserva todo el esplendor y estilo de su época y ante ella se extiende escalonadamente su amplio jardín. Actualmente alberga oficinas municipales y el centro de visitantes de la Fundación José Martín Recuerda, ilustre escritor español, Premio Nacional de Teatro de España, que residió y murió en Salobreña. Si quiere conocer más sobre su obra y la Fundación puede hacerlo a través de http://fundacionjosemartinrecuerda.es/ o llamando al 607 327 448.
TABERNA ALHAJA
En la placeta situada junto a la calle Real se ubicaba ya en 1752 el horno comunal que la Iglesia Católica tenía al servicio de los nativos, y por el que estos pagaban con parte del pan horneado el servicio prestado. En su interior podrá visualizar la obra primitiva en la cara interna de sus muros, donde algunas de las vigas de madera requemadas de la techumbre dejan ver su antiguo uso. Hoy es una taberna abierta al público.
PENSIÓN SAN JOSÉ
En la calle Cristo encontramos la Casa Pensión San José, el primer establecimiento de alojamiento abierto en Salobreña, a mediados del siglo XX. Ubicado en lo que fue en su día la antigua carretera nacional que comunicaba todo el Mediterráneo y daba acceso a Granada y el interior de España, esta casa ha sido fonda y alojamiento para miles de clientes y viajeros románticos a comienzos de la segunda mitad del siglo XX.
La casa donde se ubica la pensión debió de construirse entre 1850 y 1875. Se construyó inicialmente como casa de campo por los bisabuelos de los actuales propietarios, en una finca de su propiedad y a las afueras de Salobreña para los aperos de labranza. A su muerte, la casa fue heredada por su hija Josefa Díaz Molina en 1901, quien posteriormente la dedicó a posada, con servicios de alojamiento y comida.
Los clientes eran arrieros que transportaban mercancías, que disponían en la posada de una zona de cuadras donde atendían a los animales de carga; un salón en la parte baja de la casa, próximo al patio, que era usado a modo de dormitorio comunitario; y de otro salón donde las personas encargadas les servían la comida. También se alojaban viajeros que se veían sorprendidos por la noche en Salobreña, que hacían uso de habitaciones privadas y que pagaban 4 pesetas por la habitación y 3 por el desayuno, cuando almorzar o cenar costaba 8 pesetas.
La posada parador San José fue transformada en fonda para dar alojamiento a los ingenieros que vinieron a supervisar las obras de canalización del río. En esta época, la mayoría de clientes solían ser viajantes de comercio que representaban diferentes productos para los comercios de los pueblos y las personas que se trasladaban a Salobreña para trabajar, como Francisco ‘el boticario’, Manuel ‘el veterinario’ o el médico Antonio Arcas, que pasaba consulta en una sala anexa a su dormitorio.
El más ilustre huésped de la fonda fue el dramaturgo José Martín Recuerda, quien escribió toda o parte de una de sus obras teatrales alojado allí, ‘Como las cañas secas del camino’, allá por 1960. Ese año comienzan a llegar los primeros turistas, atraídos por el clima y el folclore de Andalucía, mayoritariamente franceses e ingleses. En esa época se daba alojamiento, desayuno, comida y cena, dado que en Salobreña apenas existían lugares para prestar esos servicios.
En la actualidad, la Pensión San José conserva el tipismo y la decoración de los inicios, conservando el patio exterior, comedores y habitaciones, donde se ofrecen servicios de alojamiento y desayuno. Para obtener más información sobre la actual Pensión San José consulte la página http://www.lapensionsanjose.com/index.php/es/
RESTAURANTE PESETAS. De Carbonería a Centro de hostelería
La historia del Restaurante Pesetas es la historia misma de los últimos cincuenta años de la vida social de la Villa de Salobreña. La antigua carbonería sería el lugar elegido por los nuevos propietarios para instalar una sencilla barra con pellejos de vino a 1 peseta, a lo que debe su nombre el establecimiento. Y el Pesetas se convertiría pronto en el primer negocio de hostelería por muchos motivos. Fue el primero en el que estaba socialmente aceptado el acceso de mujeres, por aquel entonces mal visto por la muy tradicional sociedad local.
A finales de los años sesenta el Pesetas fue bar de día y salón de baile durante las noches de los fines de semana y fiestas. En los años setenta se empiezan a ver los primeros nórdicos, ingleses y alemanes paseando por el Casco Antiguo de Salobreña. Las excepcionales y apreciadas panorámicas son una oportunidad para diferenciarse, y el Pesetas supo aprovechar su excepcional ubicación, creando una bella terraza al aire libre que hizo y sigue haciendo las delicias de residentes y visitantes. Para más información sobre el restaurante consulte http://www.restaurante-pesetas.es/
CASA GRANDE
Fue construida por una familia de adinerados propietarios de tierras de Salobreña en torno a 1870. Pero tras numerosas vicisitudes de la familia, en 1915 llegó a estar hipotecada. Fue adquirida por Isidro de Salazar para regalo de bodas de su hija María. Por motivos ideológicos, la familia dejó Salobreña a inicios de la Guerra Civil Española (1936-1939). En la Posguerra la casa fue cedida al Auxilio Social, siendo utilizada como centro de servicios sociales. En 1949 fue devuelta a los propietarios, aunque se encontraba en un estado muy lamentable, por lo que fue reconstruida.
Está levantada sobre una de las torres de entrada a la muralla medieval. Por su estilo arquitectónico es un claro ejemplo de las casas señoriales de la época en que se construyó. Dispone de patio central con cuatro columnas en torno al cual gira la vivienda, con dos plantas. La planta baja estuvo destinada al servicio y la primera era para el uso de los propietarios. En 1982 quedó deshabitada y fue vendida a la Iglesia.
CASA NICOLÁS VILLAESCUSA
CALLE REAL 10.
El espacio que ocupa la casa actual fue destinado por los Reyes Católicos en Real Cédula de 22 de mayo de 1492 a la ubicación del hospital de la Villa. Y así fue durante años, hasta ser reconstruida y convertida en centro de acogida de pobres.
En la casa vivió en 1735 Juan Vicente de Oclós, militar de origen francés, teniente del ejército y responsable del Castillo de Salobreña y de sus soldados entre 1743 y 1757. En 1884, recién reconstruida, fue adquirida por Nicolás Villaescusa, destacado personaje de la vida política y social de la Villa en su época. Destacan en su interior los frescos en sus paredes y techos, las molduras decoradas, la escalinata y su magnífico estado de conservación actual. Es propiedad privada.







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